26/1/07

Amapolas

Sigo el reguero de pisadas por el bosque, parecen no conducir a ningún lugar. Se interrumpen sin más, su dueño me quiso llevar hasta ahí, al lugar donde todo parece comenzar, o acabar. Caen los fríos copos de nieve en este instante, lentamente, como al ritmo de una melodía suave que me va hipnotizando segundo a segundo. Miro hacia el cielo, pero tan solo veo blanco, como si fuera el reflejo de lo que tengo bajo mis pies desnudos, fríos y cansados. Decido tumbarme a contemplarlo, estoy cansado de caminar. Poco a poco noto como todo el blanco envuelve mi vista, mi cuerpo. Un suave hormigueo recorre mis pies, mis manos. Una agradable sensación de placer inunda todo, el blanco desaparece, todo es negro, una luz...Entreabro los ojos para ver junto a mí una semilla de amapola; rodeados de blanco, la semilla, yo. Toda una vida en potencia encerrada en un espacio minúsculo. La sensación de placer se acentúa. Sonrío. Sé que habrá amapolas en la nieve, y sé que no las veré desde aquí, sino desde una perspectiva priviliegidada. Será como un cuadro de Miró.

No hay comentarios: