5/11/07

Recuerdos

Un hombre bastante viejo fue a un ambulatorio para una cura en su mano herida, manifestando mucho apuro porque llegaba tarde a una visita que tenía que hacer. Mientras era tratado, el joven médico quiso saber el motivo de su prisa, y él dijo que necesitaba ir a un asilo de viejos a tomar el café de la mañana con su esposa que estaba internada allí hacía bastante tiempo. Su esposa sufría de “Alzeimer” en estado bastante avanzado. Mientras terminaba la cura, el médico le preguntó si ella no se preocuparía por el hecho de él llegar con retraso. - No, ella ya no sabe quien soy yo. Hace casi cinco años ella ni me reconoce. Intrigado el médico le pregunta: - Pero, si ella ya no sabe quien es Ud. ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? El viejo sonrió, dio una palmadita en la mano del médico y dijo: - Es verdad. Ella no sabe quien soy yo, pero yo se muy bien QUIEN ES ELLA En ciertas miradas existe un brillo especial que una vez que el ojo humano lo capta en su retina, queda grabado para siempre en su memoria. Ese brillo tan sólo se apaga, ocasionalmente, tras ciento veinte años, para volver a brillar radiante quinientos años después...para descubrirlo tan sólo hay que buscarlo entre el marfil y el cielo rosado de una tarde primaveral mientras cae el sol....

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