Un sabio, decía que nuestra forma de pensar se congela y nos quedamos recorriendo siempre los mismos caminos, pues la mente se fija a las cosas que pensamos.
Hoy en día este fenómeno se conoce como “paradigma”.
Imaginemos que vamos en bicicleta por una carretera: el aire fresco golpeándonos el rostro; los árboles, las nubes, la naturaleza, las aves, los montes lejanos… Imaginemos que de pronto vemos una gran piedra en medio del camino.
Si fijamos toda nuestra atención en la piedra -es decir, en el obstáculo-, por más que sólo ocupe un breve espacio en la carretera, terminaremos chocándonos con ella.
Pensemos cuántas veces descubrimos un obstáculo en la vía y, al asumirlo como si fuera lo único, hacemos desaparecer todas las demás opciones (los árboles, las nubes, el resto del camino), dirigiéndonos irremediablemente hacia él, hacia la piedra.
Piedras siempre hay, lo importante es poder ver el paisaje, el conjunto y las cosas verdadaramente importantes...sólo así puedes contemplar plenamente lo azul que puede ser el cielo...
1 comentario:
qué curiosa entrada. Me parece verosímil tu teoría. Y perdona que frivolice comparando pero ¿acaso los malos delanteros no tiran al muñeco en lugar de buscar el hueco donde no se encuentra el portero?
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