12/1/09
Alejandro Magno
Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1 - Que su ataúd fuese transportado por los médicos de la época.
2 - Que fueran esparcidos por el camino hasta su tumba los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas…), y …
3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, a la vista de todos.
Uno de sus generales, admirado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuales eran sus razones.
Alejandro explicó:
1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos.
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1 comentario:
Hola Rick, bonita historia que, lejos de quedarse en que sea así o no, lo importante es la moralidad tan profunda y cierta que se desprende de su contenido.
Indudablemente, si tomamos conciencia de nuestra pobre naturaleza humana limitada, incapaz de perpetuar la vida; si miramos que todos nuestros logros y tesoros aquí conseguidos de nada sirven, pues aquí se quedan y que regresamos al lugar de donde hemos venido, nuestro camino en la tierra tomaría otro sentido.
Gracias y un abrazo.
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