"Hace un poco más de un siglo la esperanza de vida seguía siendo de treinta años: lo justo para aprender a sobrevivir, si se contaba con la suerte, y culminar el propósito evolutivo de reproducirse. No había futuro ni, por lo tanto, la posibilidad de plantearse un objetivo tan insospechado como el de ser felices. Esta era una cuestión que se aparcaba para después de la muerte y dependía de los dioses. La revolución científica ha desatado el cambio más importante de toda la Historia de la evolución: la prolongación de la esperanza de vida que ha generado más de cuarenta años redundantes –en términos evolutivos-…Por primera vez la humanidad tiene futuro y se plantea, lógicamente, cómo ser feliz aquí y ahora. La gente se ha sumergido en esas aguas desconocidas, prácticamente, sin la ayuda de nadie. Ahora la comunidad científica intenta, por primera vez, iluminar el camino".
Eduardo Punset, "Viaje a la felicidad" (2005)
Creo que la comunidad científica no hará nada en cualquier caso sin los dioses...porque seguimos sin entender muchas cosas, ni las entenderemos jamás. La casualidad es inexplicable y profundamente azul.
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