"Necesitamos este corazón inquieto y abierto. Es el centro de una peregrinación.
También hoy no basta con ser y pensar como todos los demás.
El proyecto de nuestra vida va más allá.
Nosotros tenemos necesidad de Dios, de ese Dios que nos ha mostrado su rostro y abierto su corazón en Jesucristo.
... sólo Él, desde lo íntimo de Dios mismo, podía revelarnos a Dios,
y revelarnos quiénes somos nosotros,
de dónde venimos,
y hacia dónde vamos"
Benedicto XVI, en Austria
La inquietud mezclada con dulzura es simplemente irresistible...siempre me gustó lo dulce, siempre le eché cuatro cucharadas al café, y ahora pues depende...pero no menos de tres si son grandes...
14/9/07
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