15/9/07

Si ya lo tenemos delante...

Un banquero venido de la gran ciudad estaba en el muelle de un pequeño pueblo de Al-Andalus, cuando llegó un botecito con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le pregunta cuánto tiempo le había tomado pescarlos. El pescador respondió que sólo un rato. El banquero le preguntó que por qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado. El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El banquero le preguntó qué hacía con el resto de su tiempo. El pescador dijo: “duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, voy todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos.. “Tengo una vida agradable y ocupada.” El banquero replicó: “soy de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y, con los ingresos, comprar un bote más grande y, con los ingresos del bote más grande, podrías comprar varios botes; eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente tú, y, eventualmente, abrir tu propio negocio. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a la capital, donde manejarías tu empresa en expansión.” El pescador le preguntó: “Pero cuánto tiempo tardaría todo eso?” A lo cual respondió el banquero: “Entre 15 y 20 años.” “Y luego qué?”, preguntó el pescador. El banquero se rió y dijo que esa era la mejor parte: “Cuando llegue la hora deberás vender las acciones de tu empresa al público. Te harás rico…. tendrás millones!!!!” - “Millones … y luego qué?” - “Luego te puedes retirar. Te mudas a un pueblecito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, dormir la siesta con tu mujer, ir todas las noches al pueblo donde podrás tomar vino y tocar guitarra con tus amigos”. Y el pescador respondió: “¿Y acaso no es eso lo que ya tengo?” MORALEJA: Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene; pero que muchas veces no vemos. La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos y no sentirnos mal por aquello que no tenemos... Desde la barca el pescador contempla la noche, la luna que ilumina Al-Andalus en la oscuridad de un otoño que se acerca. Se da cuenta de lo que tiene y como un tesoro lo quiere cuidar, por siempre. Por siempre azul.

No hay comentarios: