2/5/08

Estrellas

Estas noches en Al-Andalus comienzan a ser agradables, como agradable es tumbarse en la hierba a buscar una estrella fugaz a la que pedir un deseo, cuando ya sólo queda un deseo y siempre se pide el mismo...
Una estrella que baje del cielo para iluminar ese instante, tal vez enseñarte un camino y convertirlo primero en sueño y luego en realidad... De repente uno mira en su mano y atónito se encuentra una estrella, la estrella, una estrella que brilla, quema y e ilumina todo con un calor abrasador reconfortante, con una luz que deslumbra en azul, como si de repente se hubiera descolgado de ese cielo de papel que nos cubre, acaso caida por casualidad en una lluvia luminosa bajo un paraguas...
Con la estrella tus manos se ahuecan, haciéndose más grandes de lo que jamás imaginaste, dejando que la estrella se acurruque, y dulcemente sienta la seguridad de haber encontrado su lugar en el cosmos...
Todo de repente se para, el cosmos deja de girar, y justo en ese momento, la estrella a mano armada te sonrie y fingiendo un secuestro te hace viajar a la velocidad de la luz en un viaje por el sol...

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