17/2/08

Aún puedes...

Un anciano, solía caminar todas las mañanas desde su casa hasta el pozo del pueblo, que quedaba a varios kilómetros de distancia. Atravesadas por una vara de madera, llevaba dos vasijas de barro en los extremos, una nueva y una ya muy usada. La vasija nueva estaba muy a gusto con su condición, llegaba a casa contenta de serle muy útil a su dueño. Mientras que la vasija usada, se lamentaba de las grietas que tenía, pues a través de ellas se filtraba el agua y al llegar a casa estaba prácticamente vacía. Una mañana antes de partir rumbo al pozo, no contuvo más su tristeza y acongojada le dijo a su dueño: -Te he acompañado por varios años, recuerdo cuando era nueva y reluciente me echabas al pozo y me colmaba de agua fresca que luego bebías y aplacabas tu calor. Pero ahora, mírame, llena de grietas, ya no te soy útil, toda el agua se cae camino a casa, ya no me lleves al pozo, déjame en un rincón para llenarme de polvo. El anciano conmovido por la declaración de la vasija, la tomó entre sus manos y le señaló el camino diciendo: -¿Puedes ver el sendero? Del lado del que tú vienes crece la hierba y las flores, del lado del que viene tu compañera, solo está el polvo. Todas las mañanas te llevo conmigo para que de camino a casa riegues el sendero y así pueda tener belleza el camino a casa. ¿Entiendes lo útil que eres? Muchas veces creemos que nuestros defectos o la pérdida de habilidades por el paso del tiempo o como consecuencia de alguna enfermedad, nos hacen seres disminuidos, tal vez podamos llegar a pensar que somos una carga par los demás. Pero abre bien los ojos, anímate, date cuenta de lo útil que es tu existencia, lo productivo que puedes ser, las muchas habilidades que posees y que a lo mejor no estás valorando realmente. Eres un ser lleno de posibilidades. Si tienes vida, aún puedes ser, aún puedes hacer felices a quienes amas. Ámate, reconoce la gran utilidad de tu existencia... Siempre hacia adelante, el 2008 será un año fantástico, un año teñido de azul

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