La voluntad es decisiva en toda relación de pareja, sin la voluntad reciproca de quererse no puede existir un amor firme y maduro que sustente una relación duradera.
La voluntad ha de ser inteligente y libre: no sometida al fugaz capricho del presente, sino comprometida con el futuro, y libre de ataduras egoístas que nos impiden entregarnos totalmente al ser amado.
Solamente de esta manera se pasa de ser un “tú y yo” a un “Nosotros”: las dos biografías individuales se funden en una cobiografía. El verdadero amor comienza cuando los amantes dejan de mirarse el uno al otro y juntos deciden mirar con los mismos ojos el horizonte y caminar juntos el viaje de la vida.
Sin el “nosotros”, no hay auténtica unión, sólo hay dos egoísmos que conviven…hasta que uno de los dos se cansa del otro. El “nosotros” matrimonial exige totalidad de entrega recíproca, fundiéndose ambos amantes en uno solo.
Pero para conseguir esta meta (que nunca se alcanza en su totalidad y que exige una actualización diaria de entrega), es imprescindible proponérselo en serio: querer y “querer querer” al otro. Sin esta firme voluntad el amor estaría carente de solidez, seria como un globo que poco a poco se va desinflando…
15/4/08
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1 comentario:
Felicidades por tu blog y muchas gracias por tus amables palabras. Siempre es un placer conocer personas tan humanas como tu. ANIMO Y ADELANTE!!!!
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