28/3/07

Reflexión sobre el amor

Si la causa del amor fuese no más que la belleza de la figura corporal, fuerza sería conceder que el que tuviera cualquier tacha en su figura no sería amado, y, por el contrario, a menudo vemos que hay quien prefiere alguien de inferior belleza con respecto a otros cuya superioridad reconoce, y que, sin embargo, no puede apartar de él su corazón. Y si dicha causa consistiese en la conformidad de los caracteres, no amaría el hombre a quién no le es propicio ni con él se concierta. Reconocemos, por tanto, que el amor es algo que radica en la misma esencia del alma. El amor, no obstante, tiene a menudo una causa determinada y desaparece cuando esta causa se extingue, pues quien te ama por algo te desama si ese algo se acaba. Acerca de esto se podría decir que: Mi amor por ti, que es eterno por su propia esencia, ha llegado a su apogeo, y no puede ni menguar ni crecer. No tiene más causa ni motivo que la voluntad de amar. ¡Dios me libre de que nadie le conozca otro! Cuando vemos que una cosa tiene su causa en sí misma, goza de una existencia que no se extingue jamás; pero si la tiene en algo distinto, cesará cuando cese la causa de que depende. ¡ Qué bello por tanto descubrir que no sabes lo que te pasa !

No hay comentarios: