Cierto novicio se acercó al abad Macario y le pidió consejo sobre la mejor manera de agradar al Señor.
-Vé hasta el cementerio e insulta a los muertos -le dijo Macario.
El hermano hizo lo que se le ordenó. Al día siguiente, volvió a visitar a Macario.
-¿Y ellos te respondieron? -preguntó el abad.
El novicio le contestó que no.
-Entonces vuelve allí, y elógialos.
El novicio obedeció. Esa misma tarde, volvió con el abad, que nuevamente quiso saber si los muertos le habían respondido.
-No -dijo el novicio.
-Para agradar al Señor, compórtate de la misma manera -le indicó Macario. -No hagas caso del desprecio de los hombres, ni de sus elogios; de esta manera, podrás construir tu propio camino.
15/5/07
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario